Trabajando durante el confinamiento

Echamos la vista atrás y los meses de marzo y abril de 2020 nos parecen una pesadilla. Recuerdo perfectamente el lunes 9 de marzo con todos los compañeros reunidos en una sala, tratando de mantener las distancias y sin saber qué pasaría al día siguiente. Todos sabían que en ese momento yo no usaba la herramienta whats app, y que mi compañero Jorge tuvo que instalar para, desde ahí, dar las directrices generales día a día.

Esa semana ya teníamos que seguir trabajando, comprando mascarillas a precios desorbitados y comenzando a introducir nuestros propios protocolos de trabajos porque ¿el COVID quedaría atrapado en los filtros?, en caso de ser así ¿cuánto viviría?…incógnitas que surgían y compañeros que preguntaban.

Pero hemos tenido suerte, hemos hecho las cosas lo mejor posible rayando muchas veces la exageración con las medidas adoptadas pero con la suerte, insisto, de no tener ninguna baja.

¿Y cómo era el día a día?…pues cuando una empresa trabaja a diario por todo el territorio español te encuentras de la noche a la mañana con que los bares que conocías de los polígonos están cerrados y dormir no es fácil tampoco. De esas primeras semanas recordaremos siempre una puesta en marcha de una semana en Navarra, con la caravana de Manolo dentro de la nave del cliente, realmente marciano. También recordaré viajes de más de 1000 kilómetros en una día porque no había donde dormir en la ruta, por supuesto comiendo bocadillos de casa lo que me da pie a comentar la fotografía de este artículo.

En la fotografía apreciamos la calidad y el humor con el que prácticamente todos los trabajadores de esta empresa intentamos sobrellevar el confinamiento. En obra aparecían casi compitiendo con los manjares que las tiendas de comestibles de barrio ofrecían y que, por turnos, cada trabajador hacía un día de cocinero jefe. En los ojos de todos la preocupación, los pensamientos en los que estaban en casa encerrados, la incertidumbre del día siguiente, carreteras vacías y muchos kilómetros.

Hoy estamos lejos de esas semanas pero quiero agradecer la paciencia, el ánimo y la capacidad del ser humano de “echar palante”.

Gonzalo Torres
CEO