La toma perfecta: por qué el HVAC es clave en las salas blancas
El sistema HVAC (Heating, Ventilation and Air Conditioning) se erige como el alma del control ambiental dentro de una sala blanca. Aunque a simple vista puede parecer un elemento más en el edificio, su complejidad y relevancia lo convierten en el corazón mismo del confort, la seguridad y la eficiencia operativa.
¿Qué define una sala blanca?
Una sala blanca, o clean room, es un espacio diseñado para mantener una concentración mínima de partículas en suspensión en el aire, control preciso de la temperatura, la humedad y la presión. Se clasifican según estándares como ISO 14644-1 o la antigua norma FED‑STD‑209E: por ejemplo, una ISO 5 permite menos de 100 partículas de 0,5 µm por metro cúbico. Su uso se extiende desde la producción farmacéutica hasta la microfabricación, por la necesidad de entornos libres de contaminación.
El rol central del HVAC
El sistema HVAC en una sala blanca no sólo regula temperatura y humedad, sino que garantiza:
- Filtrado del aire mediante HEPA o ULPA, eliminando partículas ≥ 0,3 µm con eficacias del 99,97 % o más.
- Elevado recambio de aire (air changes per hour): desde 15‑25 ACH en ISO 8, hasta 240‑750 en ISO 5 o ISO 1.
- Presurización diferencial, para evitar que entre aire contaminado de zonas adyacentes.
- Control estricto de temperatura y humedad, evitando problemas como condensación, proliferación microbiana o descarga electrostática.
Estos cuatro pilares permiten mantener la sala dentro de tolerancias que minimizan los riesgos de contaminación, aseguran calidad de producto y cumplen con normativas (ISO, GMP, FDA…)
Componentes esenciales del sistema HVAC
- Air Handling Units (AHUs)
Son las unidades principales que acondicionan el aire: calefacción, refrigeración, filtrado pre-HEPA, humidificación/deshumidificación.
- Fan Filter Units (FFUs)
Módulos con ventilador+filtro ubicados en el techo, ofrecen filtración directa en zonas críticas, muy usados en salas ISO 7 y superiores .
- Recirculation Fan Units (RFUs)
Re-circulan aire para mantener uniformidad en temperatura, presión y limpieza, esenciales en salas de grandes dimensiones.
- Ductos y difusores diseñados
Distribuyen el aire filtrado sin recircular contaminantes ni generar zonas muertas.
- Sistemas de monitoreo y control
Sensores de partículas, temperatura, humedad y presión, integrados en controles automáticos para mantener condiciones dentro de tolerancias exigentes.
¿Por qué es tan complejo un HVAC para salas blancas?
A diferencia de un sistema convencional, aquí:
- Se requieren 15–750 cambios de aire por hora, frente a 2–4 en edificios típicos.
- La filtración es de alta eficiencia, usando filtros HEPA o ULPA.
- La presión se controla con precisión, evitando flujos indeseados.
- Los parámetros térmicos/higrométricos deben ser exactos, para evitar riesgos microbianos o estáticos.
- Hay que optimizar consumo energético, porque el HVAC supone hasta el 70 % del costo operativo, como señala ISPE.
En resumen, combinar pureza, presión, clima y eficiencia convierte al HVAC en el sistema más tecnológico y desafiante de la sala blanca.
Equilibrio entre pureza y eficiencia energética
Reducir cambios de aire fue posible gracias a mejoras tecnológicas: prendas que reducen la emisión de partículas, procesos cerrados y aislamiento localizado.
Ejemplo: para ISO 7 suelen emplearse 30–70 ACH, pero el cálculo se ajusta según uso, no se limita estrictamente al estándar.
Esto contribuye a reducir costes y emisiones, sin comprometer la limpieza necesaria para el proceso.
Importancia de un diseño multidisciplinar
El diseño de HVAC para salas blancas no puede hacerse aislado. Requiere integrar:
- Ingeniería HVAC especializada
- Arquitectura modular
- Criterios de estanqueidad y presión
- Equipos de medición y control de clima/partículas
- Normativas: ISO, GMP, FDA, UNE, ASHRAE…
Esta visión integral asegura que la sala funcione en armonía, sin sorpresas en funcionamiento o auditorías, y se ajusta también a la modularidad, flexibilidad y eficiencia energética.
Buenas prácticas en HVAC para salas blancas
- Selección apropiada de clase ISO según riesgos y procesos.
- Dimensionamiento de cambios de aire ajustado a uso real (GMP, LEED, ASHRAE…).
- Filtrado en etapas (pre‑HEPA y HEPA/ULPA en FFU/AHU).
- Control de presión en cascada, hermético y redundante.
- Control climático preciso, evitando desviaciones térmicas o por humedad.
- Monitoreo continuo de partículas, presión, clima, alarmas.
- Mantenimiento periódico, reemplazo de filtros, calibración y limpieza.
- Eficiencia energética, aprovechando avances en aislamiento, free-cooling, recuperación térmica.
¿Qué aporta Isobox Systems en HVAC para salas blancas?
Según su web, Isobox Systems diseña sistemas HVAC adaptados a necesidades específicas de cada cliente, garantizando que las salas blancas operen con los estándares más exigentes.
También destacan su experiencia en estanqueidad y presurización estanca, evitando contaminación en casos de fallo de ventilación.
Sus diseños son modulares, energéticamente eficientes y cumplen normativas como ISO 14644, GMP, UNE, y ASHRAE.
Conclusión
El HVAC en salas blancas es mucho más que un sistema de climatización: es la columna vertebral del control ambiental. Sin un sistema HVAC bien dimensionado, filtrado, sellado y automatizado, una sala limpia no funcionaría con eficacia ni cumpliría las exigencias de calidad, seguridad y regulación.
Integrar unidades AHU, FFU y RFU, gestionar presión y flujo laminar, controlar variables térmicas y contaminantes, y además hacerlo con eficiencia energética, exige una ingeniería de alto nivel. Sólo un enfoque multidisciplinar, con criterios técnicos y regulatorios claros, puede asegurar un entorno seguro, limpio y rentable.
Y ahí reside el valor añadido: un HVAC sofisticado no es un coste añadido, es una garantía de producto, cumplimiento y competitividad. Solo con un diseño a medida se logra esa excelencia en salas blancas, minimizando riesgos y maximizando beneficios a medio y largo plazo.