En estos días que vivimos, nuestro recuerdo diario está con los profesionales de la sanidad así como de sus pacientes y, nosotros, desde Isobox Systems, no dejamos de pensar en lo que significa trabajar en un entorno de carga vírica en medio de una pandemia que estamos sufriendo.

Para que nos hagamos una idea, en Salas Blancas de Contención Biológica (BSL) hay, actualmente (ojo porque la norma variará en breve) cuatro niveles en función del patógeno con que se trabaja. El nivel 1 es el menos restrictivo y el 4 el más restrictivo.

Trabajar con COVID 19 en Estados Unidos o Canadá significa estar en el escenario 3 mientras que en España se considera el escenario 2.

En cualquier caso, en un laboratorio BSL trabaja personal muy cualificado en el manejo de patógenos, conocen sus riesgos específicos y están perfectamente formados para el uso de unas instalaciones construidas conforme a esas necesidades, mientras que en un hospital los profesionales sanitarios no están ni mucho menos en estas condiciones.

Hablamos de trabajar en entornos con sistemas de filtrados HEPA como mínimo (ULPA lo deseable), con sistemas de cambio seguro de filtros, con zonas para pacientes en presión negativa, con altas tasas de renovación de aire, con habitáculos completamente estancos…

Posiblemente a los hospitales les quede mucho por llegar a unas condiciones óptimas, pero deberán llegar, porque es tremendamente injusto que los profesionales que trabajan en estos entornos, desde el celador hasta el cirujano, pasando por los pacientes, se enfrenten a un entorno hostil sin la protección adecuada.

La industria sabe que necesita de estos entornos y por eso invierte en ellos, el coste es asumible, como es asumible que los hospitales inviertan lo que haga falta en adecuarse, la pérdida de vidas y el coste económico de todo esto lo confirman.

Por supuesto, desde Isobox Systems, estamos y estaremos siempre, dispuestos a ayudar en el diseño y construcción de entornos seguros.